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No se podría imaginar una narración con los mejores ingredientes de Dumas para el más intenso romanticismo intercalado de tragedia y comedia. Grandes pasiones, deseos reprimidos, desvanecimientos, enfermedades incurables, palideces, amores más allá de la muerte, duelos ridículos. Las jóvenes mujeres languidecen en los salones, vigiladas por ayas inglesas, mientras bordan y suspiran por el amor de su vida. El tema genérico es el de los celos, la acción se sitúa en las afueras de París entre 1838-1839. En Amaury, Dumas hace una disección de los celos, y todos sus personajes caen en estas emociones inconfesables que el autor considera indignas. Amaury es también de gran interés por ser el único intento de Dumas en crear una novela epistolar.
La novela se abre con un grupo de aristócratas que conversan en una tertulia. Uno de ellos hace la pregunta: ¿Se muere de amor? En respuesta, muestra un manuscrito que pretende ser el diario y las cartas de la familia del difunto señor d’Avrigny, viudo y médico de la corte del rey, que cuentan la romántica historia de Amaury de Léoville, un joven rico y huérfano que vive con el doctor d’Avrigny, y sus dos amores: Madeleine y Antoinette. Una historia interesante, ya que bascula entre la visión del padre y el amante, a través de los pasajes de sus diarios, en contraste con la versión de Antoinette, a través de las cartas que intercambió con Amaury.
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