¿Cuál es la forma de expresión más apropiada a las aspiraciones literarias contemporáneas: verso libre o clásico, poesía o prosa, teatro, poema o novela?
Todas son formas excelentes. Pienso que no debo sacrificar una para dedicarme sólo a otra.
¿Está usted por el arte de la construcción, de las líneas sobrias y de las palabras esenciales, o por el arte del anecdotario lírico, intuitivo, rico de imágenes, de adjetivación?
Estoy por el arte de la fantasía, del sentimiento y del pensamiento lo más alejado posible de la naturaleza, con la que no debe tener nada en común. Es, creo, el arte de Racine, de Baudelaire, de Rimbaud.
¿Es la razón quien debe construir el atrio claro y ventilado del arte moderno, o la pasión, que edificará la catedral del sueño, del incienso y de la penumbra?
Esa pregunta me hace plantearme otra: ¿eran Pascal y Goethe hombres de razón o de pasión?
¿Está usted por el arte de la luz y de la precisión distribuidas con regla o por el arte de la penumbra y de la salmodia creado por la mística intuitiva?
Eso que llama usted el arte de la penumbra y de la salmodia creado por la mística intuitiva me inspira un rechazo insuperable.
¿La primavera occidental debe nacer de la razón o de la mística?
El arte nace donde puede.
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