La sangre corre como un río por mis sueños nos transporta a los majestuosos paisajes y a la dura vida de los indígenas en el desierto del sudoeste de Estados Unidos. Hijo de una navaja narradora de historias y de un vaquero matón.
Nasdijj ha vivido siempre en los límites irregulares de la marginalidad. En estos relatos nos habla de su hijo adoptivo, Tommy Poca Cosa, de su lucha contra el síndrome de alcoholismo fetal y de la última excursión a pescar que realizaron juntos.
Sin embargo, a pesar de la dramática presencia de la muerte, de la vida caótica y delirante que llevó con sus propios padres, o de las dificultades de la vida en la reserva, su voz es siempre de búsqueda sincera, de humor irónico y casi de compasión cósmica. Aunque Nasdijj lucha contra la difícil situación de pertenecer a dos culturas divididas, no deja de sentir afecto por quienes a menudo lo rechazan y predica la esperanza que a él mismo le falta.
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