El espiritismo y la teosofía son, entre las doctrinas esotéricas, las de mayor implantación en la sociedad española de fin de siglo. Ambas influyeron en las manifestaciones literarias de la época. [...] Emilia Pardo Bazán integra en La sirena negra numerosos rasgos estilísticos tomados de la estética esotérica: visión de espectros, auras, vida en objetos inanimados, sueños premonitorios, trasmigración de espíritus... Su protagonista, de perfiles satánicos, está dominado por un ansia de aniquilamiento que remite al nirvana budista.
Ello no significa que la autora comulgue con tales doctrinas; por el contrario la crítica ha señalada únicamente la marcada orientación cristiana de sus últimas novelas.
Aunque las últimas obras de Emilia Pardo Bazán han sido analizadas desde diversas ópticas (modernista, decadentista, espiritualista...), el análisis de la influencia de lo esotérico en la última fase de su novelística no ha sido suficientemente abordado hasta ahora. [...]
La literatura fue una de las más receptivas: con independencia de sus creencias, muchos escritores emplearon elementos de lo sobrenatural o de lo oculto que empapaban el ambiente como materiales para construir sus creaciones literarias.
La sociedad occidental, abrumada por el peso de la inteligencia, busca consuelo en doctrinas antiguas que carecen del dogmatismo de las religiones oficiales.
María Jesús Fraga Fernández-Cuevas
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